Los argentinos tienen un dicho que se ha mantenido a lo largo del tiempo: “La mejor carne no se come en Argentina; se exporta”. Algo parecido podría decirse de sus futbolistas, los mejores solían dejar pronto el país austral para alimentar a los clubes europeos.
Lo cierto es que las crisis económicas y políticas que pegan cíclicamente a Argentina ya han afectado a sus bienes más preciados: la carne y el futbol.
Entre 2007 y 2016, la producción de carne argentina ha bajado 2.2%, mientras que la producción a nivel global creció 0.3% en el mismo periodo. Casualmente, el Mundial de Alemania 2006 fue la última vez que se vio a una selección argentina con varios jugadores con un renombre en el futbol global, una escuadra en el que el más joven era un chico de 18 años llamado Lionel Messi.
Hoy la situación es la opuesta: Messi es uno de los mejores jugadores de la historia mientras la producción de futbolistas argentinos de exportación va en picada. En 2018, había 760 jugadores militando en clubes del extranjero, de los cuales el 35% estaba en equipos europeos, pero sólo un año antes la proporción era de 37%, de acuerdo con datos del sitio Football Observatory.
La mayoría de los futbolistas argentinos expatriados están en la liga chilena. Ya no cruzan el Atlántico para destacar, sino que van al otro lado de la Cordillera de Los Andes a una liga, se supone, inferior que la nacional.
Messi lideró una tortuosa clasificación hacia el Mundial de Rusia y prácticamente él metió a la selección al campeonato al meter tres goles a Ecuador en la última jornada de la eliminatoria Sudamericana. Después de un amargo subcampeonato en Brasil 2014, este certamen puede ser la última oportunidad del delantero del Barcelona para alzar la Copa del Mundo.
O, por otro lado, será el último campeonato en el que el ‘Messias’, de 30 años, pague por los pecados del futbol argentino.
Carrera meteórica
¿Qué más se puede decir de la vida de Messi que no se sepa ya? Un chico que era mucho más bajito que los demás en la cancha, pero con un regate endemoniado que dejaba en el camino a sus rivales. En Argentina no pudo encontrar un equipo que lo apoyara con un tratamiento de hormonas para el crecimiento, por lo que tuvo que emprender la aventura con su padre, Jorge, hacia el viejo mundo, esperando que algún club europeo decidiera invertir en el chico rosarino.
Un ex futbolista y visor del FC Barcelona, Charles Rexach, quedó prendado de Messi y les firmó en una servilleta la promesa de que el pibe podía formarse en la academia del club y recibir el tratamiento que necesitaba para aumentar su estatura. El resto es historia.
Messi quemó etapas en el Barcelona a una velocidad vertiginosa, entró a las categorías inferiores del club en el año 2000 y en el 2004, con 17 años y 14 días, debutó con el primer equipo en la liga de España.
Al mismo tiempo ya despuntaba en las divisiones inferiores de la selección argentina. En 2005 ganó el Mundial sub 20 y fue reconocido como el mejor jugador del certamen,y en 2008 ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing.
La larga sombra del Diego
Messi es el héroe que su país no vio triunfar primero en la liga argentina para después embarcarse a Europa, pues desde niño tuvo que emigrar para encontrar las oportunidades que no había en su tierra, lo que le costó el desarraigo con su país, pese a que se siente argentino como el que más. Muchos hinchas lo veían con celo, hasta con sospecha por no haberse fogueado al futbol en un descampado.
Precisamente los aficionados veían a un jugador que podía ser igual o mejor que Maradona, pero distinto en contextos. El Diego triunfó primero en el futbol local, emigró a Europa y después alcanzó la divinidad en México 86 con la Mano de Dios y el gol del siglo y hasta ahora sigue como ídolo, y Messi nunca lo destronará si no gana el Mundial.
Los últimos sinsabores de Brasil 2014 y dos copas América le han mostrado al hincha que el combinado albiceleste es Messi… y nada más. En 1986, Maradona tenía a Burruchaga, Batista, Valdano y a Pasarella como aliados. A Messi le cuesta encontrar un socio en la albiceleste, sólo Di María, Higuaín o el ‘Kun’ Agüero han estado más cerca de acompañar al rosarino.
La gloria o el purgatorio
Lionel ha dicho en entrevistas que probablemente ésta sea la última oportunidad de su generación para ganar la Copa del Mundo. Al campeonato de Qatar 2022 tendría 34 años y, aunque podría seguir jugando al futbol a esa edad, no se sabe si podría competir al nivel requerido en la selección argentina.
El cinco veces ganador del Balón de Oro ha dicho también que cambiaría sus galardones personales por obtener el máximo triunfo con Argentina. El sueño desde chico se mantiene, pero las condiciones para conseguirlo son más complicadas. Pero precisamente los héroes aparecen en las circunstancias más adversas.
Rusia probablemente sea la última oportunidad para que un chico rosarino sea el héroe que su país, y el mundo, esperan.