Si vamos a tratar el tema de los sismos empecemos con definirlos, ¿qué es un sismo?
Hay que señalar entonces que México es, de acuerdo con Worldatlas.com, uno de los países con mayor actividad sísmica. De hecho en un ranking que elaboró con datos de sismos ocurridos entre 1900 y 2016 el país se encuentra en noveno lugar, acompañado de Afganistan, la India y Grecia. Los sismos, al ser un evento natural que no se puede predecir dónde ni cuándo ocurrirán, han generado preocupación en el ser humano sobre cuánto pueden resistir las estructuras que construye y, actualmente, ante los recientes acontecimientos se ha ido adoptando más una arquitectura antisísmica.
La arquitectura antisísmica, de acuerdo con el blog de Grupo APCE, “Define los parámetros y características a analizar para diseñar edificios resistentes a terremotos, previniendo los posibles daños”. Mientras que Grupo CIPSA afirma que la construcción y estructuras antisísmicas son aquellas que van a permitir soportar movimientos telúricos con mayor superioridad de resistencia, para lo cual los ingenieros encomendados a la construcción de viviendas han tomado en cuenta detalles primordiales para hacerlas más resistentes a esos fenómenos.
APCE señala que la arquitectura antisísmica especifica el tipo de materiales que se deben utilizar y las técnicas a seguir para que las construcciones acompañen los movimientos del suelo desplazándose, vibrando e incluso deformándose para no resistirse al impacto y colapsar.
El mismo grupo establece que, para poder determinar el tipo de movimiento que habrá en el suelo destinado a la construcción de un edificio, y con ello calcular el posible movimiento que tendrá el edificio, se tienen que considerar parámetros como: aceleración, velocidad, desplazamiento, duración, magnitud, desplazamiento, duración, magnitud, intensidad. Y en el caso de los efectos en el edificio se miden parámetros como: torción, amortiguación, ductibilidad, fuerza, rigidez e inercia.
Un tema importante para la construcción del edificio es sin duda los materiales. En este caso CIPSA señala que: “La elección de los materiales de construcción depende de la disponibilidad, los conocimientos y experiencias locales relacionados a la construcción y la aceptación de la población. Los materiales de construcción más utilizados son el hormigón, el acero y la madera. Se intenta que los daños sean los menos posibles para no tener que demoler el edificio después del sismo”.
Al respecto de materiales como madera y en el caso de muchas edificaciones en China el uso del bambú en sus construcciones, el arquitecto Daniel Gaytán, refirió que son unas buenas opciones para la construcción ya que son flexibles, sólo que en el caso de México no es muy acostumbrado a usarse, ya que no se tiene la experiencia de ese tipo de construcciones, contrario al caso de China donde se ha utilizado por mucho tiempo.
En cuanto a la forma en que se realiza la construcción, CIPSA señala que esta debe tener una estructura de hormigón armado, con columnas en las esquinas y en los bordes de los vanos, conectados con el encadenamiento superior, así como con el cimiento. El grupo señala que una variante para construir un muro rígido que no tenga deformaciones durante el sismo es conectar las esquinas de los muros con tensores, con lo que se forma un cruce.
Técnicas prehispánicas
En su texto ‘¿Qué es una construcción antisísmica y cuáles con los materiales que se utilizan en este tipo de obra?’ CIPSA señala que en países (no especifica cuáles) se ha diseñado un sistema de bloques aislantes en los cimientos que permiten que el suelo se mueva, pero el edificio no.
Además se menciona otra técnica que se utilizaba en Perú desde los tiempos prehispánicos, la cual se denomina como quincha, con la cual se mejora la proporción de arena, arcilla y fibra vegetal para el barro de los muros de la construcción, los cuales tienen un grosor de diez centímetros y que en un sismo tiene un comportamiento al ladrillo y hormigón de 20 centímetros.
Ciertamente, esta no es la única técnica que actualmente se utiliza y que tiene un origen prehispánico, ya que el arquitecto Gaytán refirió que para la Torre Latinoamericana se utilizó una versión moderna de la forma de construcción mexica del uso de pilotes, llamada pilotes de control, aunque en el caso de la torre estos no fueron de madera, sino de concreto y que están enterradas hasta el lecho rocoso de la Ciudad de México.
Aislar el edificio del suelo
Construcciones en México hechas con arquitectura antisísmica
En México quizá el edificio más emblemático en cuanto al uso de tecnología antisísmica sin duda es la Torre Latinoamericana, que desde el terremoto de 1957 (ocurrido sólo a un año y meses de su inauguración y que incluso llegó a tirar a la Victoria Alada de la columna de la Independencia) ha soportado más sismos de alta intensidad gracias a la forma en que fue construida que, como ya mencionamos, incluye el uso de pilotes de control o de fricción, los cuales están cavados hasta llegar al lecho rocoso de la ciudad.
Aunado a este uso de 361 pilotes de concreto, se utiliza el principio de flotación, que consiste en que tres pisos del sótano que fungen como “cajones hidráulicos“, algo que le permite al edificio “flotar” (del mismo modo que el casco de un barco), ya que se aprovecha el agua del subsuelo para que cargue el peso del edificio.
Además del “principio de compensación” que se aplica a través de la sustitución de masas ya que para construir el cajón de cimentación, se tuvo que retirar tierra y esa masa se compensa con parte del peso del edificio.
Otro de los edificios es la Torre Reforma, la cual cuenta con un diseño geométrico que le permite absorber la fuerza del temblor, además de que en su estructura se encuentran varias barras diagonales y un nodo. El edificio está diseñado para soportar sismos de hasta 8.5 grados Richter (los más recientes ocurridos en 2017 y 2021 han sido de 7.1 grados).
Uno de los edificios de más reciente construcción y que por supuesto fue hecho considerando tecnología para que pudiera soportar la actividad sísmica de la capital del país es la Torre Ejecutiva BBVA Bancomer. Este edificio cuenta con una cimentación flexible y vigas de acero reemplazables. Elementos que amortiguan cualquier movimiento sísmico. Aunado a eso sus cimientos se ubican hasta 52 metros bajo el suelo.
Con estas previsiones un sismo de gran magnitud podría provocar deformaciones en la estructura del edificio, sin embargo no colapsaría.
Por último tenemos la Torre Mayor, la cual fue diseñada para soportar movimientos telúricos gracias a sus 98 amortiguadores. Cuenta además con una base compuesta por 252 pilares de hormigón de 60 metros de profundidad.
Fuentes: APCE | CIPSA | AD Magazine | Conexiones 365 | World Atlas.