¿Por qué es importante? Porque solamente un 10% de las decisiones de inversiones en los mercados son tomadas por humanos.
Octubre fue uno de los peores meses para las bolsas de valores en Estados Unidos y el mundo en general. El índice S&P 500 cayó 7% en dicho mes, su peor desempeño desde 2011. El Dow Jones descendió 6.1% y el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se desplomó 11.8%.
Hay distintos factores. En el ámbito nacional, está la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que provocó un desplome en el mercado local y una depreciación del peso frente al dólar.
En el panorama internacional, la guerra comercial de Estados Unidos con China se recrudece, las devaluaciones de las monedas en las economías emergentes ya son un motivo de preocupación para el Fondo Monetario Internacional (FMI), pues tendría poco margen de maniobra par ayudar a todos los países emproblemados, mientras que la deuda de los países y las empresas sigue sin parar y apunta a ser el motivo de la siguiente recesión.
No obstante, el detonador del próximo colapso en los mercados no sería por un factor humano, sino por los algoritmos que diariamente hacen millones de transacciones diarias.
Marko Kolanovic, el jefe de estrategia de JP Morgan, el banco más grande de Estados Unidos por activos y uno de los más poderosos del mundo, ha advertido que el comercio de valores automatizado en los mercados puede provocar una grave disrupción que derive en una recesión.
El analista del banco estadounidense estima que el 90% de los fondos y administración de activos están en “piloto automático”, es decir, utilizan programas de software avanzados con los que las decisiones de inversión son tomadas por algoritmos.
De esta forma, casi todas las inversiones se basan en seguir al mercado (gestión pasiva) en vez de un análisis fundamental (distinguir entre precio y valor de un activo) el cual es hecho por personas que toman decisiones respaldadas en sus experiencias y juicios.
El peligro de que el 90% de la gestión de activos sea pasiva, indica Kolanovic, es que se reduce la capacidad del mercado para prevenir y recuperarse de grandes caídas en el mercado.
“Los inversionistas se están moviendo constantemente hacia fondos que realizan un seguimiento pasivo de un índice en lugar de ser administrados activamente por un gestor de cartera en torno a este índice. Solo en el mercado de acciones, unos 3.5 billones de dólares se gestionan de forma pasiva a nivel mundial”, dijo Kolanovic en un análisis publicado por el banco en septiembre pasado, en conmemoración de los 10 años de la crisis financiera de 2008.
Las transacciones automáticas pueden causar fuertes caídas, según el estratega de JP Morgan e, inclusive, afirma que ya han ocurrido. El 6 de mayo de 2010, el S&P 500 y el Dow Jones colapsaron por 36 minutos, aunque el mercado logró recuperar casi todas sus pérdidas. A estos episodios los llama “Flash crashes”.
Una caída masiva de los mercados provocada por los robots podría provocar una “gran crisis de liquidez” y, a su vez, “detonar protestas sociales sociales desde hace 50 años”, advierte el analista.
El contexto.
Los sistema de trading pueden procesar miles de órdenes de compra y venta de acciones y activos por segundo, algo fuera del alcance de los humanos.
“Un trader sin acceso a una potente computadora tiene todas las probabilidades en contra. Es fácil entender por qué muchos bancos de inversión nunca tienen un mes de pérdidas y, a menudo, ni siquiera un día de pérdidas”, dice Egon von Greyerz, socio director de Matterhorn Asset Managment, en un artículo publicado el pasado 26 de octubre..