Hay veces que ante tanta “modernidad” consideramos que muchos de los inventos de los que ahora hacemos uso tienen poco tiempo con nosotros, pero lo cierto es que parte de ellos ya llevan bastante tiempo siendo utilizados por la humanidad.
A pesar de que ahora han llegado los smartwatches, el origen de los relojes no es tan actual, ya que medir el tiempo siempre ha interesado al ser humano.
Uno de los primeros relojes fue el de sol, el cual consistía en una escuadra metálica que se colocaba sobre una superficie donde se marcaban las horas.
Otro método para medir el tiempo era mediante las clepsidras, instruementos que no requerían de la luz del Sol para indicar el tiempo, sino que consistían en dos recipientes de agua y un tubo. Uno de los recipientes se llenaba de agua y era el que llevaba el tubo, por el cual corría el agua gota a gota y llenaba el otro recipiente, el cual estaba graduado para indicar la hora.
Asimismo surgió el reloj hidráulico, el cual mediante la caída de agua activaba un mecanismo dentado, el cual elevaba una estatuilla con una varita en la mano y con esta sobre una columna se iban marcando las horas.
Cómo no mencionar al famoso reloj de arena, usado en el cine y la televisión para dar dramatismo a un evento cronometrado. Este aparato consistía en dos clepsidras, sólo que, en lugar de agua se usaba el material que le da su nombre.
Con el estudio de la Ley del Péndulo se empezó a desarrollar un mecanismo que hiciera uso de uno para medir el tiempo, aprovechando el oscilamiento para activar el mecanismo con el que funciona el aparato.
La electricidad también se aprovecharía para la elaboración de los relojes, el cual funciona con un motor sincrónico que marcha al compás de la corriente alterna.
Finalmente los smartwatches funcionan muy parecido a como lo hace un teléfono inteligente, incluso hay modelos a los que les puedes integrar una memoria sim, y al igual que los smartphones dependiendo del modelo es la capacidad de sus funciones.
PRODUCCIÓN GENERAL: LAIYKA
INFORMACIÓN: RICARDO JUSTO
INTERACTIVO: EDGAR AGUILAR
FOTOGRAFÍA: UNSPLASH & PIXABAY